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Desde aquel primer día hasta ahora, todas las especies emparentadas se cruzaron entre sí hasta casi desaparecer, con la excepción del caballo de Przewalski. Es por ello que su regreso es tan emocionante para los equipos del zoológico de Berlín y Praga que participan en la reintroducción.
“Para mí, el objetivo de un zoológico moderno no es sólo proteger y criar especies en peligro de extinción, sino devolverlas a la naturaleza, donde pertenecen”, afirma Filip Mašek, portavoz del Zoológico de Praga. El director del zoológico, Miroslav Bobak, calificó el evento como “el comienzo de un nuevo capítulo en la historia del último caballo salvaje del planeta”.
