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El sistema Gennaris incluye una cámara en miniatura que lleva el usuario en un casco diseñado a medida. Las imágenes de alta resolución capturadas por la cámara son procesadas por una unidad de procesamiento de visión, que extrae las características más esenciales de las imágenes.
Estas señales se transmiten de forma inalámbrica a hasta 11 dispositivos, o «azulejos», implantados quirúrgicamente en la corteza visual primaria del cerebro. Cada azulejo contiene su propio circuito, receptor inalámbrico y 43 microelectrodos que estimulan las neuronas de la corteza visual.
Lo que distingue al sistema Gennaris es su capacidad de imitar la estructura natural del ojo. Los intentos anteriores de crear ojos biónicos tuvieron dificultades para replicar la forma cóncava de la retina, que es esencial para un campo de visión amplio. El sistema Gennaris supera esto, ofreciendo una experiencia de visión más natural.
Si bien el sistema actualmente proporciona un campo de visión de 100 grados, un poco menos que el rango de 130 grados del ojo humano, supera significativamente las tecnologías de sensores planos anteriores, que solo ofrecían un rango de 70 grados. Además, el uso de nanocables más sensibles ha reducido en gran medida el tiempo necesario para procesar las imágenes.
Fuente | Monash University