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Los glóbulos blancos en pacientes afectados por sepsis son más suaves y blandos que los de las personas sanas y se aplanan y alargan bajo presión. Cuanto más alargadas sean las células de un paciente, más probabilidades hay de que sufra sepsis.
Medir la forma de las células para detectar la sepsis no es algo nuevo, pero anteriormente el proceso llevaba hasta dos días y arrojaba resultados dispares. Hasta ahora, los científicos tenían que examinar y contar el número de glóbulos blancos deformados utilizando un microscopio, un proceso laborioso que ha dado lugar a numerosos diagnósticos erróneos.
“La sepsis es conocida como el ‘asesino silencioso’ porque es muy fácil pasarla por alto en una etapa temprana, cuando los síntomas de un paciente a menudo pueden confundirse con los de otras enfermedades menos graves”, dijo el profesor Michael Atar, un científico residente en Gran Bretaña y profesor de la Universidad de Nueva York.
“El diagnóstico y el tratamiento rápidos son cruciales para obtener un buen resultado. Pero nunca ha habido una única prueba diagnóstica fiable a disposición de los médicos, lo que cuesta un tiempo precioso y la vida de las personas.
Sin embargo, la prueba IntelliSep detecta deformidades microscópicas mediante una cámara de ultraalta velocidad que puede capturar más de 500.000 fotogramas por segundo. Las imágenes son analizadas por un ordenador de última generación impulsada por IA que cuenta los glóbulos blancos deformes en cuestión de minutos y proporciona una lectura digital con una tasa de precisión promedio del 97%.
