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La sombra ayudó a reducir la pérdida de agua por evaporación, al tiempo que se utilizaba además el agua de lluvia recolectada de los paneles para complementar las necesidades de riego.
“Imaginemos un futuro en el que las granjas funcionen con energía limpia y los cultivos sean más resistentes al cambio climático”, indicó la autora principal del estudio, la profesora Sue Hartley. “La agrivoltaica puede hacer realidad esta visión al ofrecer una solución sostenible a los desafíos apremiantes de la inseguridad alimentaria, la escasez de agua y la energía”.
“Al sombrear los cultivos con paneles solares, creamos un microclima que ayudó a que ciertos cultivos produjeran más, pero también pudieron sobrevivir mejor a las olas de calor. La sombra ayudó a conservar el agua, algo crucial en una región gravemente amenazada por el cambio climático”.
Además de aumentar el rendimiento de los cultivos y la conservación del agua, el estudio demostró que la energía solar también puede proporcionar una fuente confiable de energía limpia para las comunidades rurales. Los sistemas de energía solar fuera de la red pueden alimentar hogares, empresas y equipos agrícolas, mejorando la calidad de vida de muchas personas.
