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Nexum, una red de apoyo
Nexum nació hace más de un año después de que la psicóloga Gabriela Paoli y la escritora Sonia Montero identificasen que hay muchas personas que se sienten solas. Y también surgió a raiz de acompañar y/o ayudar a sus vecinos o conocidos. «Ambas lo veníamos haciendo de forma natural, porque nos sale prestar ayuda, apoyo o compañía a la gente que está cerca o en nuestras vidas. Y fue en un desayuno cuando decidimos que podríamos hacer algo más uniendo, conectando, convocando y presentando a personas con gustos, inquietudes o aficiones parecidas, pues confiamos en que eso ayudase a paliar la soledad no deseada», cuenta Paoli.
Pero además la psicóloga, que prevé publicar un libro en torno a este tema, asegura que tanto en el proceso de documentación previo a la escritura de la obra como durante su práctica clínica ha sido consciente de la cantidad de personas que manifiestan sentirse solas desde hace mucho tiempo. «Se sienten aisladas o desconectadas de la sociedad, no tienen amigos reales, solo sociabilizan a través del mundo online. Manifiestan sentirse encerrados en sus casa sin tener muchos días a nadie con quien hablar, reír, compartir… Describen que pasan horas y horas con el móvil en la mano, conversando por diferentes chat, haciendo scroll en las redes, escuchando podcast y haciendo maratones de series… y que todo esto les hace sentir «acompañados» y vivir en soledad a la vez. Sienten que sólo interactúan a través de sus dispositivos, es decir conectados a la red, a un mundo online que lo único que promueve es la soledad y el aislamiento. Otros, comentan que los domingos suelen ser días duros de pasar, ya que aquellas personas que no tienen familia o que viven lejos de ellos, se les hace un vacío, un silencio difícil y doloroso de sobrellevar», detalla.
Los objetivos de esta comunidad son:
1. Prevenir la soledad no deseada mediante la realización de diferentes actividades lúdicas, artísticas, deportivas, etc.
2. Sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre la problemática de la soledad no deseada y su impacto en nuestra salud física y mental.
3. Promover una cultura de conexión social, incentivando prácticas cotidianas que influyan significativamente en las relaciones.
4. Crear espacios de encuentros, de diálogo, de compartir ideas y actividades, para promover lazos y vínculos.
5. Establecer nexos de unión entre diferentes instituciones, fundaciones, empresas públicas y privadas para aunar esfuerzos para prevenir y actuar con personas que sufran la soledad no deseada.
6. Fomentar la compra en las tiendas y comercios del barrio, a los artesanos o emprendedores que tenemos cerca de nuestras casas, ya que así se crean vínculos y relaciones que aportan sensación de pertenencia y de comunidad.
¿Cuándo lo pasan peor?
Durante las vacaciones los casos de soledad no deseada tienden a aumentar por causas relacionadas con las expectativas sociales elevadas y las dinámicas familiares, según apunta la psicóloga.
El descanso estival o los periodos como la Navidad o la Semana Santa pueden estar ligados a recuerdos bonitos, a encuentros, a compartir, a alegrías, a fiestas, a reuniones familiares… La nostalgia puede intensificar la soledad, especialmente si se compara el presente con un pasado más lleno de relaciones significativas. Además, aquellos que han perdido a seres queridos pueden sentir esta ausencia de manera más aguda durante estos meses.
Pero además el hecho de ver a otros disfrutando de reuniones familiares o eventos sociales en redes sociales o en la vida cotidiana puede acentuar la sensación de exclusión o un recordatorio constante de lo que no tienen que aumente sus sentimientos de aislamiento y tristeza.
Otro aspecto que se da durante las vacaciones es que las rutinas diarias y actividades de deportivas, de ocio o entretenimiento se interrumpen, y muchas personas se encuentran con más tiempo libre y menos ocupaciones. «Para quienes experimentan soledad, esta falta de estructura puede dar lugar a un mayor tiempo para reflexionar sobre su situación, aumentando la sensación de aislamiento», aclara Paoli.
Igualmente hay que tener presente que algunas personas viven lejos de sus familias o amigos y no pueden reunirse con ellos durante las vacaciones debido a barreras como la distancia, problemas financieros, o compromisos laborales. Y esto también puede aumentar la soledad, ya que se ven obligadas a pasar las festividades solas, mientras que la mayoría de las personas que tienen a su alrededor parecen estar disfrutando de conexiones sociales.
Por otro lado, para algunas personas, las reuniones familiares durante las vacaciones pueden no ser la experiencia reconfortante que se espera. «Las tensiones familiares, conflictos no resueltos, o la sensación de no pertenecer pueden hacer que se sientan más solas incluso en compañía. Esto puede llevar a un sentimiento de soledad emocional, donde la persona está físicamente rodeada de gente pero se siente desconectada emocionalmente», plantea.
En resumen, es probable que las vacaciones hayan ampliado los sentimientos de soledad no deseada debido a las expectativas sociales, la ruptura de rutinas, y la exacerbación de emociones relacionadas con recuerdos y la falta de conexiones significativas. Es un periodo en el que el contraste entre la realidad personal y las expectativas sociales puede ser particularmente doloroso para quienes se sienten solos.
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