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El estudio de Statistics Norway muestra que el crecimiento forestal continuó durante todo el siglo XX y gran parte del XXI. Sin embargo, ha comenzado a disminuir a medida que los árboles jóvenes de abeto plantados por los escolares en la década de 1960 ya están completamente maduros y, en algunos casos, comienzan a morir o a ser talados.
«También hemos tenido muy buenas condiciones de crecimiento para el bosque durante los últimos 10-20 años. Ha habido temperaturas más altas y veranos más largos»,indica Rasmus Astrup, jefe de investigación de la empresa NIBIO.
De los 47 millones de toneladas métricas de CO2 que Noruega liberó a la atmósfera el año pasado, 18 millones fueron absorbidos por los bosques. Pero a medida que más árboles nacidos en las décadas de 1940, 1950 y 1960 alcancen la madurez, su eficiencia para extraer este CO2 disminuirá.
