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Cuando son liberados, estos ejemplares de tortuga marina cuentan ya con un tamaño que disminuye las probabilidades de que sean atacadas por depredadores. Las tortugas liberadas en Dénia alcanzaron un peso que oscila entre un kilo y un kilo y medio.
Con el fin de evaluar la supervivencia y su adaptación al medio, la Universitat Politècnica de València ha colocado en el caparazón de las tortugas liberadas transmisores satelitales. En pocos meses y con el crecimiento, los dispositivos se desprenderán sin causar ningún tipo de daño al animal. Gracias a ellos, se podrá obtener información básica de esta especie.
