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“En el futuro, esta tecnología podría hacer que las venas sean más visibles para la extracción de sangre, que la eliminación de tatuajes con láser sea más sencilla o que ayude a la detección temprana y el tratamiento de los cánceres”, afirmó el Guosong Hong, de la Universidad de Stanford, que ayudó a dirigir el trabajo.
“Por ejemplo, ciertas terapias utilizan láseres para eliminar células cancerosas y precancerosas, pero se limitan a las zonas cercanas a la superficie de la piel. Esta técnica puede mejorar la penetración de la luz”.
Los investigadores desarrollaron una forma de predecir cómo interactúa la luz con los tejidos biológicos teñidos. Las predicciones requerían un profundo conocimiento de la dispersión de la luz, así como del proceso de refracción, cuando la luz cambia de velocidad y se dobla al viajar de un material a otro.
El equipo explicó que la dispersión es la razón por la que no podemos ver a través de nuestro cuerpo. Las grasas, los fluidos dentro de las células, las proteínas y otros materiales tienen cada uno un índice de refracción diferente. Se trata de una propiedad que dicta la magnitud con la que se doblará una onda de luz entrante.
En la mayoría de los tejidos, estos materiales están muy compactados, por lo que los distintos índices de refracción hacen que la luz se disperse a medida que pasa a través de ellos. Es el efecto de dispersión que nuestros ojos interpretan como opaco y acolor.
